El martes 7 de junio a las 19 hs en el Salón Rojo, Juan José Carbajales presenta su libro "Las sociedades anónimas bajo injerencia estatal (SABIE)", en una charla alegórica en la que van a hablar dos o tres tipos que algo saben. Desde ya están todos invitados, nosotros estaremos ahí.
Lo que sigue es un post mocho (?) que empecé a escribir cuando fue el tema de los directores de ANSES. Como verán, no soy amigo del estado empresario, así que voy a ver de cuánto me convencen.
1.- Necesidades públicas, o de como interviene el estado en la actividad privada.
El estado es un ente moral (!), que no persigue el rédito económico como objetivo inmediato. Su fundamento y su fin es la satisfacción de las necesidades públicas, que son definidos por el propio estado. Es decir, cuando la población tiene una necesidad pública, y el legislador considera que es suficientemente relevante, la regula de forma especial. El caso paradigmático es el de los servicios públicos: como el estado considera que el agua, la luz, el gas, son necesidades públicas, creó distintos regímenes a los que los prestadores de esos servicios están sujetos, que tienden a garantizar la satisfacción de las necesidades.
El teléfono es un buen ejemplo de como evolucionan las necesidades públicas y de algunas de las maneras de regularlas. En un primer momento, nadie tenía teléfono. Cuando empezó a funcionar, había algunas empresas en el mercado que lo prestaban. Un día, se volvió lo suficientemente importante como para que el gobierno de Perón considerara que la necesidad que cubría el servicio "teléfono" era una necesidad pública -esto tiene que ver también con algunas características técnicas del servicio, pero no quiero ahondar para no irme por las ramas-. Por eso creó "Teléfonos del Estado" -que sería ENTel con el paso del tiempo- y absorbió a las empresas privadas, pasando al estado el servicio. En los 90, el gobierno de M*n*m (?) emprendió el proceso de privatización de ENTel: se adjudicó la concesión del servicio a dos sociedades privadas -las actuales Telecom y Telefónica- , y se creó la Comisión Nacional de Comunicaciones como órgano de control. La CNC regula, controla y fiscaliza la prestación del servicio de teléfono, que tiene que ajustarse a condiciones técnicas que a cualquier prestador particular de servicio no se le podrían imponer (por ejemplo, la fijación de la tarifa o la imposición de multas por deficiente prestación del servicio). Hoy día, con la difusión masiva del servicio de telefonía celular, pareciera que los teléfonos fijos están condenados a desaparecer. Si los teléfonos celulares "sustituyen" a los fijos (hoy, mañana o en diez años), sería esperable que se libere el mercado de telefonía fija y se regule el mercado de telefonía celular. Es decir, que la necesidad deje de ser una necesidad pública.
Es decir, el servicio fue primero prestado por privados sin regulación especial, después prestado por el estado, y finalmente, prestado por privados con sujeción a un marco especial de control. Y la necesidad fue primero privada, después pública, y eventualmente, volverá a ser privada. ¿Se ve?
La satisfacción de necesidades públicas es la finalidad primordial del estado, por lo que a eso se endereza la mayor parte de su actividad. Ahora bien, hay intereses públicos que son mucho más abstractos que "luz, agua, gas". O más bien, que son concretos, pero que tienen una relación de dependencia con la actividad del estado que es mucho más mediata. Y acá quería llegar.
2.- El buen funcionamiento de las empresas como interés público
Que la economía ande bien es, por supuesto, interés del estado. No porque le interese la economía en sí, sino porque el hecho de que ande bien mejora las condiciones de vida de la población, y genera recursos que puede usar para satisfacer necesidades. Pero al estado no le interesan (¿no deberían interesarle?) puntualmente las actividades económicas de las empresas.
¿Por qué querríamos que haya un director del estado en una empresa privada? ¿Para controlar qué? ¿Por qué inmiscuir al estado en la dirección técnico económica de una empresa? ¿Me interesa como estado a qué proveedor le compra la empresa la materia prima, o cuantos dividendos se distribuyen? En principio, yo creo que no.
Es cierto que hay actividades en las que puede haber un interés "calificado". Digamos que al estado le interesa que haya existencias de acero, porque quiere fomentar la industrialización, y en especial, la industria pesada -cuento de la buena pipa mode on: porque si hay industria hay trabajo, hay consumo, hay recursos, hay satisfacción de necesidades-. ¿Es necesario poner un director en Siderar para eso? No, tiene muchos medios alternativos y menos gravosos para la libertad de ejercer industria lícita (art. 14 CN). Uno, obvio, fundar una metalúrgica del estado. Otro, expropiar las metalúrgicas privadas y hacerlas públicas (v.gr. el caso "Teléfonos del Estado"), pagando la indemnización correspondiente. Podría usar la ley de abastecimiento, prohibir la exportación, fijar el precio. Podría, finalmente, someter la producción de acero a un régimen especial, del estilo de los servicios públicos.
Hasta ahí llegué. Había escrito algo bastante más largo, pero nunca me terminó de convencer y quedó sin publicar. Había un apartado de "puntos por estudiar" en el que estaban varios de los temas que seguramente se toquen en la charla... así que ahí estaremos, escuchando a gente que sabe de verdad, a ver de qué nos convencen.
Y recuerden, para un administrativista no hay nada más lindo que otro administrativista (?)