miércoles, 14 de julio de 2010

Notas sobre la crisis internacional

(Dejo acá otro trabajo de mi buen amigo Ezequiel Cufari. Le pido disculpas públicas porque me lo mandó hace tiempo y por distintas circunstancias quedó durmiendo en mi mail)


Si tropiezas dos veces con la misma piedra

¡Sácala de allí!

Fontanarrosa


El domingo 13 de junio, La Nación publicó una entrevista al politólogo Gianfranco Pasquino disponible acá, a quien tuve la suerte de escuchar cuando vino a la Facultad de sociales. La entrevista tiene como eje central la crisis financiera en Europa que llevó a los gobiernos europeos a realizar severos ajustes en el sector público a fin de pagar las deudas y reducir los deficit fiscales. Soy también politólogo (al menos voy a tener dentro de un tiempo un papel que diga eso) y me interesan los análisis sobre la coyuntura actual desde la disciplina que fui formado, principalmente para intentar una respuesta a una pregunta que me invade desde hace un tiempo: ¿que aportes puede hacer la Ciencia Política para pensar la realidad por fuera de “la academia”?


Obviamente no tengo una respuesta última a semejante pregunta, lo único para lo que escribo es para decir porque la respuesta dada por Pasquino no me parece muy satisfactoria. Mi desacuerdo con la postura del politólogo italiano está principalmente en la primera pregunta:



“Casi todos los gobiernos europeos están imponiendo ajustes muy duros, recortes, austeridad. ¿Usted cómo ve la situación? -Pienso que hacen bien, naturalmente. Quizás hubieran podido anticipar estos recortes, porque hace seis meses la situación hubiera sido un poco mejor. En cambio, tuvieron que esperar que hubiera una emergencia. Pero se trata de recortes absolutamente indispensables. “


Como dije más arriba las medidas de ajuste impactarán en los bolsillos de empleados y jubilados, que como en la mayoría de las economías, gastan la mayoría de sus ingresos en bienes y servicios básicos lo que afectará directamente a la demanda en la economía real. A la caída de la demanda se seguiría una caída en la recaudación en los impuestos (menos actividad, menos impuestos percibidos por el fisco), lo que afectaría la capacidad de los Estados para pagar sus deudas, lo que haría temblar nuevamente al mercado financiero (Ver al respecto la buena nota de Alejandro Horowicz en Tiempo Argentino “Adiós a la visión cortoplacista” el 9/6/2010). En buen criollo esto quiere decir que a la economía europea cuyo plan de salvataje que tuvo una última inyección de liquidez de 700.000 millones de euros, le puede salir el tiro por la culata. Pasquino tampoco cuestiona como se hizo el recorte en la función pública: en Gran Bretaña por ejemplo, los empleados pierden más del 10% de su salario, mientras el reciente primer ministro David Cameron redujo solo el 5% de sus 200 mil libras esterlinas anuales.


Además los recortes que afectan a las poblaciones europeas tienen como objeto pagar a los bancos, uno de los principales tenedores de las deudas públicas. Los mismos bancos que se dedicaron a la especulación antes que a la producción amparados en un neoliberalismo que es, y en esto creo que Pasquino acierta, la causa principal de las crisis. Dos preguntas: ¿Qué regulaciones exigen los Estados a cambio de los salvatajes? Hay algunos esfuerzos para controlar más pero los especuladores se las ingenian para zafar (Ver al respecto la edición de este mes de Le Monde Diplomatique). Segunda y que dejo sin respuesta: ¿Está fuera de toda discusión que la deuda de esos países hay que pagarla en esas condiciones? ¿No se podría organizar una adecuada quita que beneficie a la economía real sin importar los intereses de las corporaciones financieras?


Retomando la entrevista, mi desacuerdo con Pasquino sigue con respecto a su análisis del Estado


“¿estamos llegando al fin del Estado de bienestar social que se había construido después de la Segunda Guerra Mundial? -No, no es el fin del Estado de bienestar, sino que es la indicación de que hay que repensarlo…”


El rol del Estado dista de poder ser calificado como de bienestar pues deja de estar presente la vida diaria de las personas mediante el recorte de salarios y servicios sociales, mientras que está fuertemente presente para garantizar las ganancias de bancos y empresas multinacionales. El único bienestar lamentablemente, parece estar reservado para banqueros y especuladores, que obtienen pingües ganancias mediante mecanismos espurios y ante la mínima pérdida tienen garantizado el salvataje de los contribuyentes.


Algo que tampoco está tratado en la entrevista, y sobre lo que Pasquino podría haber esbozado su parecer, es la inversión del papel del Estado durante el desarrollo de la crisis: al principio parecía una herramienta para la solución pero en la actualidad pasó a ser el centro del problema. Ya casi nadie recordará, pero al principio de esta crisis se había reflotado un debate acerca de la necesidad de la intervención del Estado en la economía (y desde Página/12 no cesaban los chistes acerca del estatalismo de Bush), pero ahora el centro del debate son los recortes que el Estado debe efectuar para salir de la crisis. Esta modificación del rol del Estado nos puede llevar a plantear la siguiente paradoja: la respuesta europea a la crisis generada por el neoliberalismo y que parecía decretar su fin es la profundización de las medidas neoliberales. Si la crisis la generó el neoliberalismo creo que los ajustes en el gasto “forman parte de la misma receta” y no son indispensables, sino todo lo contrario pues benefician a la minoría especuladora que puede seguir ganando fortuna sin pagar y sin someterse a ninguna regulación. Las intervenciones en la economía real son necesarias y Pasquino también tiene razón en decir que las respuestas a la crisis global tienen que ser regionales y coordinadas, pero fuera de la matriz de pensamiento neoliberal, porque estaremos tropezando dos veces con la misma piedra. Digo esto porque hasta el momento, el camino que estamos siguiendo es el que predijeron cómicamente estos dos viejos macanudos y bastante famosos, de los cuales nos podemos reir pero también aprender bastante.

lunes, 12 de julio de 2010

Perdió el fútbol

Si ayer hubiese ganado Holanda, los utilitaristas se llenarían la boca diciendo que con tiki tiki no se gana nada.

Critiqué siempre a muerte a los que defienden el fútbol exitista. Creo que el fútbol es un espectáculo, y que no se reduce al resultado y nada más... Si sólo importara el resultado, habría que mirar los últimos cinco minutos del partido, o el diario para ver como salió.

El fútbol total murió cuando se retiró Cruyff. Probablemente, el Barcelona sea su heredero más claro... el Bayern podría andar cerca también. Fútbol dinámico, con tenencia de pelota, sin posiciones fijas. Entre las selecciones, diría sin dudar que la que más se le acerca, es ésta Alemania.

Pero España? España es onanismo futbolístico.

España toca y toca, y no la mete. Es el campeón con menos goles de la historia, y si llegó, es porque el único equipo contra el que jugó (Alemania) gastó la inspiración en octavos y cuartos, y Puyol (!?) la encontró en una pelota parada. Una mala tarde la tiene cualquiera. Incluso Robben, que podría haber liquidado por dos, y erró en una en la que no podía errar.

Lo que España sí hizo en este mundial es revolucionar el fútbol destructivo. Contra los diez en el área de Italia no se puede jugar. Contra las patadas de Holanda no se puede jugar (quién no se acordó de Holanda - Portugal del 2006??). Contra el control de pelota de España, tampoco.

Ayer decían de Iniesta que es el mejor jugador del mundo, que no se ensucia, que juega con traje. Que nunca arruina la estética de la jugada, que sólo patea para el gol. Iniesta tuvo una clara antes, y prefirió enganchar. Hoy me pregunto... si Iniesta no metía el gol (ojo, eh... minuto 115 y jugando con uno más... el que diga que España ganó cómodo está vendiendo un buzón terrible), hubiesen dicho lo mismo? O hubiesen criticado la falta de hombría para encarar y patear (esa que, creo yo, en la España titular es virtud exclusiva y excluyente de Villa)?

Qué buscan la Holanda de ayer, o la Italia de siempre, cuando juegan como juegan? Mantener el arco en cero, y buscar algún gol para bajarle la persiana al partido.

Hay que reconocerle a España que su juego destructivo es mucho más estético y agradable que los otros. Que mueve la pelota por toda la cancha, que la tiene en el medio, que no hace faltas.

Pero para conseguir la tenencia, sacrifican el gol. Y por eso, en su esencia, no dejan de jugar fútbol destructivo.

Por algo los más odiados de los jugadores son los arqueros. Negar el gol siempre será negar el fútbol.