viernes, 10 de diciembre de 2010

Carta abierta a un profesor de la Facultad

Escribo estas lineas para terminar de sacarme las ganas de una protesta más formal, después de haber vivido una situación bastante violenta en la Facultad, hace unos días. No tengo intención de hacer leña de nadie, porque de eso se encargan, y muy bien, los foros y los pasillos. Si cuento mi caso puntual es más como excusa y porque sirve al ejemplo, que por otra cosa.

Lo particular

Mi problema de la semana (ya pasada, empecé a escribir esto el viernes 3!) fue con un docente con el que ya había tenido algunos roces a lo largo del curso.

Situación de final de curso, entrega de notas, cuatrimestre infinito, de cuatro materias, casi terminado. El profesor me entrega la nota del parcial, y me dice que tengo que rendir final. La costumbre indica que mis notas exceden, normalmente, lo que creo que merezco -en algunos lugares eso se llama autocrítica despiadada, en otros, ser un llorón (?)-, pero supongo que en este caso me corrigieron como corresponde. Triste, lo asumo, la verdad es que sabía que había hecho bastantes cosas mal. 

Pido el parcial para ver en qué me había equivocado, y me encuentro una sola pregunta corregida (bah, una oración subrayada) de las cinco que eran. Curiosamente, una pregunta en la que estaba seguro que no me había equivocado. El resto del parcial, inmaculado. ¿La nota? cinco menos.

Le consulto al profesor, y me explica de muy buena manera que yo había escrito exactamente lo contrario a la respuesta "buena". Acto seguido, me explica cual era esa respuesta. Por casualidad, era casi literalmente lo que yo había escrito. Le señalo al lado de lo que estaba subrayado, y le pido que lo revise, porque creo que de acuerdo a lo que me dice, la pregunta está bien respondida. Se indigna. Mal. Me espeta que como se me ocurre pedirle que lo revise (sic), que mi examen ya fue evaluado globalmente (?), y que esa es la calificación que me corresponde. La diferencia no era menor, un cinco era promoción, cinco menos, final. Y aún así ni siquiera lo volvió a leer.

No voy a ser un purista abstracto del saber: no me da lo mismo rendir un final que no rendirlo. Hay una diferencia grande entre terminar una semana antes o tener que dedicarla -en los papeles, la verdad es que estaba tan enojado que no agarré un apunte- a estudiar toda una materia. Sobre todo si los contenidos de la materia son inútiles, porque las preguntas apuntan a cosas en extremo puntuales. Cosas que se pueden encontrar en la ley el día que las necesite, y que para rendir, tendría que estudiar de memoria. Conceptos, poco y nada. Más grande es la diferencia si la materia es una obligatoria de la orientación, una que, si uno quiere el cartoncito, no se puede evitar. Y especialmente, si es la única comisión de esa obligatoria de la orientación que se dicta en horario no laborable (la otra, a las diez de la mañana, si no me equivoco).

Si quisiera aprender qué deducciones se puede hacer en cada impuesto, o cuales son todas las exenciones (ojo, taxativo y de memoria, nada de criterios generales), habría estudiado para ser contador. Ni eso, los contadores trabajan con las leyes. Lo peor es que estoy seguro de que si hoy levantara el teléfono y llamara a diez de mis compañeros, para hacerles las preguntas del parcial, ninguno podría contestar ninguna. Lo que aprendimos de memoria para rendir, se fue diez minutos después del parcial.

Volviendo, al profesor pareció darle lo mismo si la respuesta estaba bien o mal. Llegó incluso a decirme que si consideraba que merecía promocionar era porque sabía la materia, con lo cual, rendir el final no me cambiaba nada (?). 

Otra situación, mismo profesor, días atrás. Explicando un tributo en particular, nos dice que determinada interpretación viola el principio de legalidad (estamos en materia tributaria que, como la penal, veda la interpretación analógica), porque extiende el hecho imponible. Le pregunto donde está la definición que nos da -porque no la encuentro en la ley-, y me indica que viene de un dictamen de un órgano de la administración. Pregunto: "¿Cuál es el agravio a la legalidad, si no hay tipicidad legal? Se puede tener problemas de legalidad cuando la que define el instituto es la ley. Si la definición viene de la administración, ¿no la podría cambiar por una nueva y punto?". Me contesta que no, que si la cambiara estaría violando el principio de legalidad. Mi primera reacción es quedarme mirándolo, asombrado. No sé si se está burlando, no entiende la pregunta, o no sabe que contestar. Cuando atino a protestar, me interrumpe de mala manera, diciendo que tiene que seguir con la clase. 

Al día de hoy, no sé mi objeción tenía o no razón de ser. Tal vez estaba preguntando una estupidez, tal vez había una respuesta obvia y simple. No me la dieron.

you shall not pass

Lo general

Me parece terrible -no hay otro adjetivo- que cualquier docente universitario se rehúse a rever la posición que sostiene, sea de la índole que sea (una idea propia, una explicación de algo ajeno, una nota de parcial). No voy a caer en el facilismo de "más en el caso de un docente de la Facultad de Derecho": para ser buen docente no es necesario saber derecho ni mucho menos. Es una cuestión de sentido común: las universidades existen para fomentar el pensamiento crítico, para desarrollar el conocimiento. Ese desarrollo no es vertical y descendente, la época en que los profesores venían al aula a transmitir su sabiduría velada, feneció hace largo tiempo. 

Cosas como la que conté hicieron que, este cuatrimestre, me planteara dos veces dejar la doble orientación, y seguir cursando sólo una (la otra, claro). Y eso es un problema, sobre todo teniendo en cuenta que en tributario no se abren los cursos por falta de gente.

Soy ayudante de dos materias de la Facultad desde hace no tanto tiempo (casi cuatro años en la que más, exactamente un cuatrimestre después de arrancar la carrera), recién estoy haciendo mis primeras armas en docencia. Creo, sin embargo, que tuve (y sigo teniendo) la suerte de aprender de los mejores.

Tuve la oportunidad de cursar con profesores brillantes. Tanto desde lo académico como desde lo pedagógico. Puedo decir sin miedo que los que más se destacaron fueron aquellos que, a pesar de sus décadas de docencia, de su interminable obra bibliográfica, de sus éxitos en el litigio, en la justicia, en la investigación, o en donde fuera, no le tienen miedo al verdadero rol del docente universitario. Los que entienden que el docente no sólo está para transmitir sus verdades reveladas, sino también para escuchar, atender, explicar, contestar, deconstruir, volver a empezar, revisar y reconstruir. Los que, con lo imponentes que resultan sus nombres, que conocimos como tapas de libro antes que como personas, no le tenían miedo al "la verdad, no sé responder su pregunta, se lo busco y lo hablamos la próxima" o al "no lo había pensado de esa manera, tal vez haya que darle alguna vuelta más al asunto, puede ser, eh?".

Por supuesto, también tuve, y en cantidad, de los otros. Los que inventan una explicación que no se sostiene, para salir del paso. Los que, ante la insatisfacción de la duda, y la insistencia del alumno, se ofuscan y tratan de evadir el tema. Los que son incapaces de aceptar que, a veces, lo que explican no tiene sentido lógico, jurídico, axiológico, o el que sea. Los que obvian hablar de los defectos de las teorías que explican, porque así es más fácil. Los que recitan, en vez de explicar, muchas veces porque no terminan de entender lo que están diciendo. 

El transcurso de la carrera me enseñó que es el profesor el que debe adaptarse a las necesidades del alumno, y nunca al revés. 

Las primeras materias de la carrera necesitan profesores dispuestos a explicar una y otra vez los conceptos más básicos. Que estén dispuestos a aceptar que -lamentablemente- no todos los alumnos traen el mismo nivel de formación, y que hay ciertas cosas que no pueden darse por sentadas. Que puedan moldear la cabeza de quien viene de una estructura férrea, distinta; de cumplir horarios, de rendir para aprobar. Y cambiarla, para dar paso a un esquema de pensamiento nuevo, donde lo que importa es la reflexión, la comprensión, la crítica, y no tanto la memoria, la calificación. Un esquema en el que el rey no es el orden, y aunque a veces es molesto, está bien que así sea: en la profesión las cosas no vienen servidas.

Los profesores de las materias "intermedias" son los que tienen que marcar el corte. Los que tienen que tener la firmeza suficiente para exigir que los alumnos conozcan los conceptos que se enseñaron en las materias anteriores. Los que tienen que trabajar sobre esa estructura de pensamiento universitaria, cortesía de sus colegas anteriores, y llenarla de contenido. El razonamiento jurídico ya tiene que estar, ahora toca aprender los elementos. Pero los elementos tienen que estar bien cuidados. No puede enseñarse cualquier cosa, el contenido tiene que ser útil, pertinente. Parece estúpido tener que aclararlo, pero hay profesores que no entienden que la forma en la que enseñan no sirve a nadie. ¿Qué finalidad puede tener que yo me acuerde el número de los artículos de memoria? Suena anacrónico, pero todavía hay en Derecho profesores que preguntan "a ver, cuénteme el art. 1 inc. 'd' de la ley de IVA" o "¿qué regula el art. 2618 del código civil?". Cuesta creer que no puedan entender que, cuando me siento en la oficina a trabajar un expediente tengo a mano el código, los libros, las bases de datos online, y un montón de gente con la que discutir, para recién después resolver. Y así va a ser siempre, en la justicia, en la profesión y en la actividad de investigación. Eso de que en derecho se estudia de memoria es un engaño. Bah, en realidad no. Lamentablemente, estudiando de memoria también se puede ser abogado. Y eso es un defecto grave de la Facultad, un defecto de los docentes.

Los profesores de las últimas materias son los que tienen la tarea más complicada, pero la que a mi juicio es la más gratificante. Cuando uno empieza a cursar las materias de la que va a ser su especialización, debería tener la capacidad y el conocimiento suficiente para poder razonar jurídicamente cualquier problema que se le presente, de cualquier materia. No digo que tendría que poder resolverlo, pero al menos, debería saber dónde buscar la respuesta, para empezar a trabajarla. Soy de la idea -tal vez soberbia y equivocada- de que cualquier estudiante con el CPC completo, una computadora con internet, una biblioteca y tiempo suficiente, debería poder resolver prácticamente cualquier caso. La cuestión es que son los profesores del final de la carrera los que tienen que proponer esos problemas. Señalar las inconsistencias de las normas con la realidad, los conflictos entre las posiciones de los doctrinarios, la jurisprudencia contradictoria. Proponer preguntas y respuestas, aceptar otras, discutir, motivar y trabajar sobre los temas. Hacer entender a los alumnos que el derecho es política, les guste o no. Que la aplicación mecánica de las normas no conduce casi nunca a ningún lado. Que las normas cambian, diez minutos después de que uno las estudia.

Eso es lo más importante. Y eso es lo más difícil de encontrar en la facultad. Ojo, nobleza obliga: hay. Tal vez no en todas las materias, pero hay. Si uno busca con ganas, al menos en derecho, puede encontrar Profesores, con mayúscula.

Para terminar, y ya que estoy en plan crítica, voy a agregar una cosa más, que poco tiene que ver con lo anterior, pero ya que estamos...

Me parece elemental que los profesores conozcan la estructura de la carrera. No pueden mantener sus cursos estáticos en el tiempo, inmunes a los cambios en el plan de estudios, sin saber qué materias vienen antes, ni cuales después de la propia, que materias se dictan y cuales no. La formación del estudiante tiene que ser integral, no fragmentada. Es cierto que a veces el plan no ayuda (¿es necesario estudiar tanto derecho privado? ¿o será acaso que no quieren que la gente aprenda qué es el presupuesto, la deuda pública, los contratos administrativos?), pero si no se puede lograr reformarlo, hay que adaptar los programas de la materia. Tanto para evitar dejar huecos, como para no perder el tiempo en cosas que ya fueron estudiadas. Hay materias que están repetidas, lisa y llanamente. Y siendo que el tiempo es un bien escaso, y que realmente hay una cantidad grande de contenidos importantes que en la facultad no se estudian, creo que la repetición debería ser uno de los pecados más castigados.

A esta altura, imagino que ya nadie está leyendo, la verdad, hasta yo me agoté. Si sirvió para tocar el corazón docente, aunque sea de algún ayudante, en algún pago lejano, ya me quedo contento.

30 comentarios:

  1. Excelente post. Realmente me siento muy identificado con todo lo que pusiste. Lo triste es que no es terriblemente trabajoso que se hagan las cosas mejor, es sólo un poquito de esfuerzo y a muchos les chupa un huevo.

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  2. Yo sí leí, muy bueno tu comentario Pablo. Si bien vengo de una carrera distinta (Medicina), comparto bastantes puntos de vista respecto a la docencia.

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  3. Cardu, yo te escribo desde ambos lados. Y la verdad, me gustó el post. Y me sumo al debate. Pero veo dificil que se dé entre nosotros porque estoy de acuerdo.

    Como alumno, sufrí lo mismo y odié lo mismo. Y te aclaro, hice esa "otra orientación" también. Pero por suerte, también me encontré con los Profesores. Y con más suerte aún, muchos de esos Profesores, fueron y son mis Maestros en la docencia.
    Ahora, desde el otro lado, apunto a lo último. Adoro que me discutan. Adoro la discusión fundada, el no entender, el nuevo punto de vista, el plantearnos buscar algo para la próxima, el no llegar a terminar el tema planeado porque se armó un debate interesante.

    Para tu alegría, te cuento que de eso hay en la UBA. Este cuatrimestre, durante una de las clases que di, en uno de los cursos donde enseño, teníamos a una alumna alemana de intercambio. Generé debate de un tema y los chicos fueron aportando, discutiendome, se fueron contestando entre ellos. Esta chica arrancó también y en un momentó se quedó callada, como tildada. Me dí cuenta y le pregunté qué le pasó (siempre participaba) y me dijo "es que me sorprende este sistema. No estoy acostumbrada. En Alemania, el profesor es el que habla y los alumnos escuchan. No discuten. Y menos aún, le contestan a otro alumno. Eso me pierde. Cuando otro compañero me habla, me pierdo, no lo puedo entender. No estoy acostumbrada". Con una sonrisa, le dije que era algo bueno que podía encontrar en la UBA si lo buscaba y que justamente, ese es el objetivo de las materias de CPO, ser seminarios, donde el profesor guía y el alumno discute y participa, no donde el profesor se limita a exponer y el alumno a tomar apuntes. Y agregué que en lo personal, es lo que más amo de la docencia... el transmitir y que el alumno lo tome, lo haga suyo y lo haga crecer. Que aproveche, y aprenda y se lleve esa experiencia a Alemania a su regreso.

    Bueno, la corto porque te escribí casi tanto como vos, pero como ves, te banco y el tema está bueno!

    Abrazo!!!!

    BEF!

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  4. Ahora tengo ganas de ir y fajar a tu profesor, cual hermano mayor que en cierta medida me siento tuyo respecto de la facultad, esgrimiendo casi como único argumento, no me jodan al pibe, no porque sea el mío, sino porque es muy bueno.

    Hoy casualmente hablaba con uno de mis mejores amigos, testigo de mi casamiento y que conocí en la primera semana del C.B.C., sobre un ofrecimiento que le habían hecho para esa extraña pseudo docencia que es ser ayudante. Ya estamos recibidos, más grandes y más chotos para muchas cosas, con los que levantarnos a las siete de la mañana en general tiene una significacia bastante heroica. No logramos descular luego de varias vueltas, si valía la pena o no que fuera. La gran contra cuál era? El estancamiento intelectual. Ni él ni yo, creo que tuvimos tu suerte Pablo, consistente en que nos elijan para integrar grupos de trabajo de los del otro lado del mostrador y que nos dejen algo. Todo lo contrario nos quedó una triste sensación de hacer más esfuerzo y tomarnos las cosas con una seriedad que un poco sobró.

    Y es que lamentablemente hay una verdad que es completamente contraria al discurso establecido (el del establishment (?)) y es la siguiente, un alumno más o menos mediocre puede aprender cosas sin la necesidad de profesor, él, su libro y su tiempo pueden crear ideas. Mientras que por el contrario, el mejor profesor del mundo, jamás podrá enseñarle a las paredes, la unidad mínima e irreductible del acto de aprender es el alumno, es lo principal todo lo otro, en grados distintos de importancia, sigue siendo lo accesorio. Fuimos, somos y seremos estudiantes de derecho y por lo tanto conocemos una ley de hierro: lo accesorio sigue a lo principal y no al revés.

    No quiero sumar una queja larga, una frustración, o tal vez un simple y triste pensamiento de un ex-alumno de la facultad que quiere volver al edificio y no sabe por cuál puerta encarar, a tu post, pero realmente se pasaron muchas horas allí y sigue jodiendo igual que entonces que jodan a los buenos, muchísimo más cuando es de los míos.

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  5. Les agradezco mucho los comentarios a todos. Me alegra compartir esta clase de inquietud con gente de otras carreras, como Pablo y Luis, o de otros países, como Mishkila (?).

    Estoy de acuerdo en lo del esfuerzo: esta es otra de las cosas que pondría en mi lista de "con un poco de buena voluntad se arreglan en un toque". Pero creo, sinceramente, que no hay voluntad para esto en general. El sistema se reproduce, y la gran mayoría de los nuevos docentes son tan cuadrados como los que les enseñaron.

    Lo que decís, Brian, sobre el sistema Alemán me parece interesante. Alentador, por un lado, porque estás dando clases que mueven a los pibes, y eso es lo mejor que hay. Pero frustrante por el otro: si el primer mundo tiene una educación tan retrógrada como la nuestra...

    Casás nos decía el otro día que en tributario, había una generación completa de docentes de la que no le venía bien ninguno... que ya estaban en su "madurez académica" y que no se les caía una idea. Y por eso, que prefería a docentes más jovenes, que por lo menos tuviesen alguna proyección.

    Nacho, te agradezco la preocupación y el apoyo. Rendí el final sin estudiar absolutamente nada, me preguntó hasta lo que no entraba, y lo metí con lujo, así que en ese sentido, no pasa nada. También hablé con el profesor después del examen y le dije la mayoría de estas cosas (las que tuve tiempo de decirle, bah). Me dijo que lo tomaba como "crítica constructiva", así que, qué sé yo... es algo.

    De cualquier manera, creo que harías bien en buscarte una linda comisión en la facu para dar clases, estoy seguro de que los pibes lo aprovecharían un montón. O sino, arrimarte a los grupos de cosas que se arman todo el tiempo, hay un montón de proyectos de investigación interesantes. No sé, yo no me imagino fuera de la facultad... estoy seguro de que en cuanto termine, voy a seguir pasando horas y horas adentro.

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  6. No probaste con estudiar alguna carrera en serio?

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  7. Creo que todos sabemos quiénes son los profesores impresentables, y el que no sabe que se joda, yo no voy a incinerar a nadie (¿?).
    Por suerte, todavía tenemos los D´Auria, los Marisa Herrera (valga la contrariedad), los Santiago Felgueras, los Bouzat y demás (entre los que yo conozco y con los cuales he tenido clases).
    Como verás, todos dan materias del Derecho Público (Marisa Herrera da Derecho Constitucional de Familia en la materia Familia y Sucesiones); evidentemente, la falencia de comprensión está en el Derecho Privado, y habiendo semejante preponderancia de materias de esa rama, la carrera entera se tiñe con el color de la mediocridad (alta metáfora, cuak).
    Es que está en la naturaleza del privatista no cuestionarse nada. Más aún, en mi entender, las materias privatistas son tributarias de las publicistas: no porque les paguen impuestos, sino porque lo que se sostenga en estas últimas delimita lo que se piense en el Privado (que para mí es tan político como el otro, pero no se da cuenta, o no quiere asumirlo). Si sos facho en lo Público, por ejemplo, en lo Privado desalojás familias sin casa (todo concuerda).
    Esa es una teoría que vengo sosteniendo hace bastante, contra viento y marea (¿?).
    Bueno, ya escribí mucho y al pedo. Un gusto leer una entrada tan buena y tan cierta como esta

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  8. Sebastian "alma del equipo" (?) Green Martinez12 de diciembre de 2010, 0:30

    Lei todo, y si, me agotaste un toque. Pero tmb me distrajo del dolor de rodilla.

    Si, concuerdo, plenamente. Es mas... recuerdo cdo entre a la carrera que una amiga me dijo "si queres llegar al diploma de honor, busca buenas notas. Y si buscas buenas notas, siempre viene bien estudiar unas cuantas lineas de memoria. Eso a los profesores les encanta."

    Huelgan las palabras. Saluditos

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  9. Me acaba de escribir uno de mis alumnos de administrativo de este cuatrimestre, para contarme que no pasó el recuperatorio del segundo parcial.

    Increiblemente no para putear, sino para decirme que había disfrutado la cursada. Que le habían gustado las clases del doc, y que lo había ayudado un montón trabajar conmigo fallos, con temas prácticos, con ejemplos cotidianos. Y para agradecer la buena onda y el compañerismo.

    Es un mail para encuadrar, la verdad, así sí dan ganas.

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  10. Brillante lo tuyo. De acuerdo con todo lo que decís. Un abrazo!

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  11. Pablo, muy bueno !

    Creo que la mayor virtud del post es dejar varios tópicos que hacen a la enseñanza del derecho para seguir sacandoles miga. Plan de estudio, profesores, ayudante alumno, preponderancia del derecho privado en la carrera, modo de evaluación, criterios para calificar tu conocimiento de derecho (que de fondo muchas veces responde a una manera -para mi errónea- de entender el derecho y de suponer que el acopio memoristico de información hace a un abogado)

    Actio pasa al reader !

    Abrazo y que siga!

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  12. Desde mi humilde lugar te puedo decir que desde que intento estudiar aprendi que si queres tu titulo tenes que aprender a agachar la cabeza y a asentir lo que los profesores digan. Desde que entre en la vida estudiantil siempre pienso en lo mismo, estudiar de memoria no es razonar y si un profesional llega a un titulo no razonando algo en la educacion esta fallando. Una persona no es mejor en una especialidad por lo que dicen sus notas sino por su forma de usar su sapiensa, y gracias a esta manera de pensar vengo rebotando con las materias, pero no por eso voy a estudiar de memoria... Y como siempre digo ante todo la razon.

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  13. Excelente post, estudio Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba y se dan las mismas situaciones.
    Por suerte también siguen habiendo profesores que le dan prestigio a la carrera, mientras otros se esfuerzan por lo contrario.

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  14. JJ, el tema del "rol" de los ayudantes alumnos es algo que me gustaría tratar alguna vez. Me parece un tema muy interesante, la verdad. Hay ayudantes alumnos que creen ser más docentes que alumnos, cuando en mi opinión es todo lo contrario. El ayudante alumno no es nada más que un tipo al que le interesa la materia y que se queda con el docente para seguir aprendiendo, pero no puede renegar de su condición de estudiante, y tiene que tener siempre claro que sus "alumnos" son en realidad sus "compañeros".

    Carolina, no sé si estudiarás en la UBA, pero si sí, lo único que te puedo recomendar es tratar de investigar un poco a los profesores antes de anotarte. Hasta ahora, al menos a mi, me dio bastante resultado... las veces que me crucé con impresentables ya lo sabía de antemano (?). Como dice muy bien Enzo arriba, la facultad tiene docentes brillantes. Lamentablemente son la excepción, y no la regla, si te anotás al boleo es más probable que te toque una mala comisión que una buena. Pero el esfuerzo extra rinde, si los buscás los encontrás, y algunos te parten la cabeza.

    Juan, me alegra compartir inquietudes también con estudiantes de otras provincias. Por suerte me tocó conocer un par de muy buenos abogados de la UNC, así que doy fe de que saca excelentes profesionales.

    Les agradezco a todos los comentarios!

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  15. Con lo que le pagan al profe, ¿te extraña? La verdad es que para mejorar la educación en general es que hay que pedir que aumenten los sueldos, que haya profesores que hagan investigación y dedicación exclsuiva, etcétera. Mientras tanto, lamentablemente, you get what you pay for. Las excepciones son sacerdocio.

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  16. Tenés un punto. De cualquier manera, la docencia también es una forma de devolverle a la Facultad lo que te dio.

    Desde ya que el nivel sería superior si tuviésemos catedráticos con dedicación exclusiva, como en europa. Pero creo que, al menos en derecho, que tiene una carga horaria muy baja, se puede ser un docente decente (?) y vivir de otra cosa. No sé si brillante, pero decente, seguro.

    Yo estoy a un año de terminar mi carrera, sin haber puesto un mango. Si puedo y le sirve a la UBA, pienso dar clases hasta que reviente, me paguen o no.

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  17. Pablo:

    Si bien yo ante todo ayudante alumno mi primer reacción es la de sacarme el sombrero, por que siempre uno percibe un aire de militancia docente abnegada, de esfuerzo (el tipo trabaja, estudia, y está presente en las clases y ademas prepara alguna clase que otra). Pero sí, es cierto, hay ayudantes que son más pedantes que muchos adjuntos y titulares.

    Avancemos en escribir sobre el ayudante alumno, profesores, sus roles, interacción entre ellos, y la relación de estos dos con los estudiantes (!)

    Tengo algunas ideas para postear, sobre la base de dos nociones básicas, el ayudante alumno debe saber que es estudiante (como decís vos es compañeros de los estudiantes del curso) y el profesor desde los auxiliares docentes, jtp´s, adjuntos y titulares deben recordar que algunas vez fueron estudiantes (como uno) y que aún siguen aprendiendo. Muchas dificultades en el desarrollo de la docencia creo que se inician de olvidar que somos estudiantes y que necesitamos seguir aprendiendo.

    Seguimos!

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  18. Uh, perdón, no quise tirar tierra sobre la generalidad de los ayudantes alumnos, ni mucho menos! Aplaudo de pie ese laburo, en general. Sólo critico algunas actitudes aisladas de algunos ayudantes con los que me ha tocado cursar. Pero en lineas generales, puedo decir sin miedo que tuve ayudantes alumnos que dieron clases incluso mejores que las de sus adjuntos... No se si es para festejar o para llorar (?).

    La relación ayudante-docente también es muy interesante. Hutchinson me suele preguntar después de dar una clase si se entendió bien lo que explicó, como veo el curso, si los pibes se arriman para preguntarme cosas, si les da vergüenza preguntarle a él, si leen sobre los temas, en qué cosas están flojos, etc. Por cosas como esa lo defiendo a capa y espada. Ojalá algún día pueda tener esa altura intelectual, y al mismo tiempo, y ese nivel de modestia y de contacto con la realidad.

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  19. Estudio Derecho.. y la verdad que muy bueno el post! En La Pampa al haber menos estudiantes, los profesores tienen un trato distinto con nosotros, asi que los cuadrados son menos.. pero no por eso desaparecen! Me voy a dormir, estas desveladas donde leo Derecho son raras jaja! Un abrazo y SUERTE PARA EL FINAL!!!! (porque condiciones tenes, pero depende de un autoritario ignorante tu resultado..)

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  20. Jajaja, muchas gracias! Metí la materia la semana pasada, fui caliente y sin estudiar, pero la verdad, sabía. Tuve una charla bastante larga con el profesor después, en la que me quiso convencer de que había obrado de buena fe (?). Después de explicarle bastante tiempo, terminó de entender que no está bueno no revisarle los parciales a los pibes, y me dijo que lo tomaba como crítica constructiva (sic)

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  21. Estimado Pablo:

    Excelente post. Ese tipo no era ni profesor ni docente, era sencillamente un imbécil. Y ni se te ocurra dejar las dos orientaciones por experiencias nefastas como éstas.

    Un docente que no se preocupa por los estudiantes, por sus necesidades y problemas, no es un docente. La única razón de nuestro trabajo es, precisamente, trabajar con ustedes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que hoy no tiene nada que ver con eso de bajar verdades reveladas.

    Aprender a contestar "no sé" cuando no conocemos una respuesta; aprender a escuchar y atender el punto de vista del estudiante para organizar el curso o para rever alguna decisión; saber pedir disculpas cuando uno se equivoca y comete una injusticia; hacer el mayor intento para tratar de ser lo más imparcial y lo menos arbitrario posible en las evaluaciones; respetar al estudiante del mismo modo que debemos respetar a toda persona; depositar expectativas positivas en los estudiantes y trabajar con ellos para que ellos aporten con su esfuerzo la generación de conocimientos, entre muchas otras, son cosas que debemos aprender a hacer regularmente si pretendemos dedicarnos a la docencia —sea a dedicación parcial o a tiempo completo—.

    Lo que uno aprende con los estudiantes es la mejor devolución que tiene la actividad docente. Y permítanme un consejo: no aprendan a agachar la cabeza, reclamen por sus derechos y exijan cambios. Sino, no se quejen cuando todo siga igual.

    Saludos,

    AB

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  22. Alberto,

    El tema de largar una orientación es algo que me vengo planteando desde hace tiempo, porque la verdad, ya estoy agotado. Fue un año complicado, y entre el cansancio general, pensar que estoy demorando recibirme para cursar materias que -técnicamente- no necesito, y encima, tener un tipo así en una obligatoria, son cosas que sumadas terminan haciéndote dudar.

    Por suerte pude cursar con Casás este cuatrimestre, una optativa de cuatro puntos, y me mantuvo en la lucha... sino estoy casi seguro que sucumbía al pragmatismo (?) y me recibía de administrativista, más pronto :P.

    Por otro lado, las dos orientaciones matan con los puntos, y terminás cursando todas obligatorias (que pasan como libres de la otra orientación). Pero la verdad, me gustaría cursar con vos alguna materia, tus posts de blog y tus comentarios dan ganas.

    Gracias por el comentario!

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  23. Es la primera vez que leo esta página, y me gustó mucho este post, ya que es muy cierto lo que escribiste. Y esto (y otras cosas peores) pasa en otras universidades del país, por ej en la Facultad de Derecho de la UNNE.
    Pero como dice Bovino, "no aprendan a agachar la cabeza". Pareciera ser que esto es lo que nos enseñan en todos lados, pero no debería ser así, sino todo lo contrario: luchar por el derecho, por la justicia, por el "deber ser". Si un estudiante de abogacía no lo siente así, me parece que debería cambiar de carrera.

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  24. Bruno, vos sos de la UNNE?

    Me genera un sentimiento fuerte de compañerismo federal (?) que haya tanta gente de distintos lugares con los mismos problemas.

    Estoy de acuerdo con ambos, y en esto sí creo que puede ser relevante que la carrera sea abogacía y no otra. Al que estudia medicina o física se le puede pasar... pero un estudiante de derecho que no levanta la cabeza, está perdiendo el norte.

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  25. Hola Pablo. Si, estudio en la UNNE. Me falta poquito para recibirme, y la verdad que en esta facultad de derecho, paradójicamente lo que menos hay son derechos (para los estudiantes). En teoría tenemos derechos, pero la mayoría de los profesores hacen lo que quieren, y es bastante díficil luchar contra eso, porque los administrativos se ponen de su lado, así como el Consejo (en el que la mayoría la tienen los profesores), y hasta muchas veces el Centro de Estudiantes tampoco hace algo para solucionar los problemas de los alumnos.

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  26. Me encanta el puterio de la facultad (?) ! Me mato el : "tu examen fue corregido GLOBALMENTE" . Capaz es papa noel y pudo recorrer todos los hogares del mundo en una noche para que opinen de tu parcial!

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  27. Y vos, ¿no has probado en dar la cara cuando decís boludeces?

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  28. Loco,

    soy estudiante de la UNC (Cordoba) y pasa lo mismo. Muchas veces por porfiado y por querer aprender de verdad y no meramente de memoria uno se replantea cosas, se atrasa en la carrera, se desanima.

    Y después se aprende a darle a cada cosa su valor, a saber pasarla sin claudicar en las convicciones.

    Me parece barbaro lo que hiciste, desde el principio del problema hasta el final. Nos hace falta gente comprometida, pensante y que ama lo que hace en nuestra profesión.

    Tenemos toda una fama que revertir después de todo! ; )

    Yo soy ayudante alumno de la materia de Derecho y Tecnologia en la UNC.
    Hacer eso desde la humildad está bueno para tender el puente y abrir la mente de los compañeros, pues muchos aprender el arte de la chantada de sus maestros...los profesores.

    Y del sistema "pedagógico".

    Un saludo desde Cordoba

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  29. Claramente tocó el mío, estimado amigo.

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