sábado, 18 de septiembre de 2010

Oyhanarte, sobre los civilistas

“El criterio empleado para la elección de los primeros ministros se ajustó también a los precedentes norteamericanos. O sea que se basó en una afinada ponderación de la sabiduría jurídica y de la mentalidad y actitud política de los elegidos. Quedó inaugurada así una tradición que sólo se interrumpiría después, en 1955 y 1966, cuando los gobiernos militares de la Revolución Libertadora y de la Revolución Argentina, influidos sin duda por malos asesores, llevaron al tribunal a una abrumadora mayoría de jueces de carrera y de civilistas."

“El civilismo concibe al derecho, fundamentalmente, como derecho privado. Es decir, como un instrumento para solucionar conflictos inter-individuales. Le cuesta enormemente incorporar la idea del bien común y a veces parece dar por sobre entendido que el crecimiento del derecho público es una especie de desafío a la libertad individual. Por eso cae en irremediable obsolescencia cuando de pronto, con motivo de la crisis de 1929 y de la segunda guerra mundial, se encuentra ante la fabulosa expansión de actividades estatales que singulariza al Estado moderno, que, en los países desarrollados no es ya el Estado liberal, sino el Welfare State, de profunda intervención gubernamental y de economía mixta.”

“Hay una frase de Jefferson que va al fondo del asunto y que cito de memoria: es bueno que la Corte sea independiente del gobierno, pero no es bueno que sea independiente de la voluntad de la Nación. Y me pregunto: ¿cómo hacemos para saber si los ministros de la Corte han de ser, o no, independientes de la voluntad de la Nación? ¿Cómo? ¿Averiguando lo que opinan sobre el pacto de retroventa? ¿O indagando acerca de su tabla de valores, de su concepción del mundo y del país que quieren”


Julio Oyhanarte en "Historia del Poder Judicial", Todo es Historia, nº 61, 1972.

Crack

7 comentarios:

  1. un gobierno de facto va querer siempre jueces que solo les interese la esfera del derecho privado.

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  2. Me parece interesante, antes que lo de los civilistas, lo de los "jueces de carrera". Muy bueno. AB

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  3. Si bien es cierto que lo publiqué a modo de chicana, toda la "parte general" de ese artículo de Oyhanarte sobre historia de la Corte es muy interesante. Lectura casi obligada, diría yo. Estudia al tribunal desde la óptica institucional, y como poder del estado... y de ahí, lógico, que considere que a juez de Corte no se "asciende".

    Por supuesto que el juez de Corte debe saber derecho (y esa, y el sentido común, son las dos más grandes virtudes del juez de primera, y de cámara), pero comparto esto con JO: el verdadero juez de corte debe ser un estadista, y no un buen resolutor de conflictos inter individuales.

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  4. De acuerdo con el tema de los civilistas -y agregaría penalistas-, en la Corte se necesitan especialistas en derecho público no penal. Administrativo, tributario, ambiental son materias que entran de cajón como cuestión federal y en las dos primeras existe un déficit notorio en la Corte. Hay mucha remisión a los dictámenes de la procuradora -que es excelente- y poca elaboración propia. De todos modos, creo que Oyhanarte sobrestima el carácter político de un juez de la Corte. Casos como el Marshall o Warren le dan la razón, pero también hubieron varios chascos, como Taft o Figueroa Alcorta, presidente del tribunal cuando la acordada del 30´. En cuanto a los jueces de carrera, la conformación de la Corte debería estar balanceada. Por caso, Oliver Holmes, que según dicen está como mínimo a la par de Marhall en la historia de la Corte norteamericana, fue juez de un superior tribunal estatal por 20 años y no tuvo mayor actividad política.

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  5. No conozco tanto sobre el funcionamiento de la Corte, pero algo de tribunales colegiados sí, en Cámara. Obviamente es un puesto distinto, pero se nota mucho la diferencia entre los jueces que vienen del Poder Judicial, y los que vienen de otros ámbitos.

    El juez que hizo carrera judicial se preocupa porque el laburo salga. Si se le entrega un proyecto de definitiva confirmando la resolución de primera, por ahí lo mira y dice "¿15 páginas para confirmar? alcanzaba con dos". Al menos en los casos de los jueces de carrera que conozco, me da la impresión de que tienen una mentalidad más "fordista" del rol de los tribunales.

    El juez que viene de afuera, normalmente se toma más tiempo para pensar en los casos, es más "investigador", por decirlo de alguna manera. Y generalmente, se ata menos a los plazos.

    Obviamente estoy haciendo caricaturas, no todos son así, y ninguno es exactamente así.

    Evidentemente, que las cosas se hagan en tiempo y forma, es necesario. Y creo que es mucho más así en las Cámaras, que en Corte. Con nuestro modelo de Corte, creo que los jueces de carrera hacen falta. Pero la verdad, a mi me gustaría tener mucho menos juez de carrera, y más jueces publicistas, que tengan una visión política (ojo, política, no partidaria) de la función de la Corte. Y para eso, hace falta ponerse duro con el certiorari, y resolver menos casos por año... la Corte no es un tribunal de apelación más, tiene que resolver cuestiones trascendentes. Digo publicista, porque las cuestiones más importantes en las que la Corte se pronuncia son de derecho público. La resolución intersubjetiva de conflictos, en mi opinión, no debería llegar casi nunca a Corte.

    Y que las -pocas- sentencias las dicten los jueces! no los secretarios, ni los relatores.

    Creo que así las cosas caminarían mejor.

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  6. A la Patria le hacen falta más JURISTAS como el Dr. Julio Oyhanarte

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  7. Julio Oyhanarte tenía una concepción autoritaria del derecho, partidaria del "self restraint", que lo conducía a compurgar manifiestas violaciones de la Constitución. Su voto en el caso "Peralta" es paradigmático, pues dijo sin fundamentación alguna que el decreto impugnado -si mal no recuerdo, era el n° 36/90- era una "ley", despreciando los artículos 17, 19 y concordantes de la Constitución.. 

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